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Escritos sobre Colombia: la “paz” en su laberinto, 2016 – 2018
Asquith Press, Toronto Public Libraries, Toronto, Canada.
January, 2019.
(ISBN: 978-0-9950004-4-5)
Versión electrónica, acá.
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INTRODUCCIÓN GENERAL
En breve, este libro es el intento de recuperar la memoria republicana de los años 2016 a 2018 en donde se consolidó de manera antirrepublicana un proceso de paz que ha hecho lo posible por desestabilizar de manera permanente el republicanismo mismo sin importar que a su base haya siglos de fructífera existencia y que cuente entre sus defensores con los más sabios pensadores tanto de la antigüedad como de la modernidad. Este libro es la explicitación de la memoria republicana ante el asalto a dicha memoria por parte de la izquierda radical latina, defendida en gran medida por una academia ensimismada, y su paradigma que parece debe destruir todo republicanismo para hacerse al poder. En breve, este libro tiene como objetivo el empoderamiento del republicanismo en contra de los modelos de izquierda como los de, pero no exclusivamente, el nefasto bolivarianismo asesino y tiránico de Venezuela. Tan desestabilizado ha sido el republicanismo que tiranos como los de Venezuela siguen en pie con el beneplácito de Presidentes, diversas ONG e instituciones internacionales. Este libro es una apología del republicanismo en su más alta expresión.
Si usted se toma a pecho eso de que vive en la República de Colombia; si usted votó “NO” en el plebiscito y celebró cuando ganó en democracia aunque todo estaba en su contra; si usted votó por un candidato de centro derecha para Presidente; si usted valora la nobleza y el coraje de sus fuerzas armadas democráticas, si para usted la pregunta sobre la divinidad es central para la comprensión de lo político; si usted ve con absoluta incomprensión cómo la tiranía venezolana sigue en el poder y es defendida hasta por Presidentes como Obrador de Méjico, mientras sus ciudadanos y ciudadanas viven en el exilio (descaradamente llamado “migración” para normalizarlo); si a usted le incomoda que hayan cogido a Colombia de ejemplo organismos internacionales que poco conocen de nuestra realidad y que, por ejemplo, entregan nuestro territorio a tiranos asesinos como el izquierdista Ortega de Nicaragua; si usted ve a la JEP como el organismo facilitador de impunidades arrogantes y pieza clave para la consolidación del antirrepublicanismo y del olvido de la memoria republicana; si usted valora que nuestro presidente Duque es un ser conciliador y un defensor de la ley (nomos) como base fundacional de una república fuerte y saludable; si usted valora lo que hizo el expresidente Uribe y su gobierno por consolidar la seguridad, cercanía y confianza en cierto republicanismo en Colombia, así fuese incompleto; si a usted le incomoda en lo profundo esta paz y no sabe bien cómo explicar por qué; en fin, si usted se identifica con cualquiera de estas ideas, y más, este libro puede ser para usted.
Ahora bien, de manera más extensa, puedo decir que si bien ya había escrito bastante sobre Colombia, en el año 2016 empecé a escribí críticamente sobre el proceso de paz, en particular antes y después del plebiscito que ganó el “NO” contra todo pronóstico. Dicho resultado fue claramente negado de manera antidemocrática y arrogante haciendo pasar modificaciones blandas como el camino para destruir su memoria. Ese es el contexto específico de los escritos que siguen a continuación. Dicha negación generó el crecimiento del laberinto de la “paz” que la caracteriza negativamente hoy. La polarización subsecuente tiene, en gran medida, a la base dicho momento histórico. Muchos desean que sea olvidado. Pero la verdadera paz es memoria verdadera, no una memoria selectiva y hasta fraudulenta como lo es la de esta “paz”. Para eso es un verdadero Centro Nacional de Memoria Histórica. Desafortunadamente, ese día no ha llegado (ver, 193*, p. 356). Muchos, por el contrario, desean que la nueva memoria borre los importantes logros del republicanismo colombiano y latino. Estos logros incluyen, obviamente, importantísimos logros militares por parte de nuestros valientes soldados y policías que no defienden tiranos asesinos como sí los de Venezuela.
Posteriormente, en el 2017 escribí sobre la corrupción en Colombia. No es necesario ser un genio para ver la conexión entre la primera problemática y la segunda. Sin embargo, como se verá en los siguientes escritos, hay muchos que defienden la paz a como de lugar, incluso a través de medios corruptos. Considero también que los que creen ser los menos corruptos, pueden llegar a ser los más corruptos. Ahí el peligro omnipresente de la corrupción tanto privada como pública. Las paredes del laberinto del ser de esta “paz” están conformadas por la corrupción inherente a su nacimiento formalista, es decir, carente de una vital conexión real con la ciudadanía. Esta es una paz secreta, escondida y antes que ganada, más bien comprada. Le dio miedo surgir en la luz y en el amor por el bien. Sus conexiones las compró en parte con moneda de empresas nefastas para el republicanismo como Odebrecht. Por eso el ex-presidente que presidió esta paz no es ni querido ni admirado por la gran mayoría de sus ciudadanos, y mucho menos hoy en día por quienes lo llevaron al poder.
Finalmente, a principios del 2018, y antes de las elecciones presidenciales, escribí una supuesta “guía electoral” con el objetivo de mostrar claramente nuestra preferencia por un candidato que representara un regreso al republicanismo y en contra de cualquier candidato de la izquierda o que representara las ideas del saliente Santos o del interconectado peligroso bolivarianismo tiránico que representa la más profunda vergüenza del legado de nuestro Bolívar Libertador.
Como a muchos colombianos deseosos de no vivir en laberintos de silencio forzado, nos llenó de alegría el triunfo de Duque con su carácter conciliador y tono totalmente opuesto al arrogante, sobrado y tozudo de los “gestores” de esta paz y sus medios cómplices. Para no mencionar el logro único de acompañarse por la primera mujer vice-presidenta. Representa su gobierno la posible rectificación histórica de los desmanes anteriores. Representa una fundamental reconsideración de la memoria y de la verdad más allá de la forzada visión del equivocadísimo formalismo santista, de la arrogancia permanente de las farc (en minúsculas) defendida por la JEP ensimismada y del internacionalismo desbalanceado, arrogante y permisivo de entidades como la ONU.
Finalmente, para acabar el año 2018, desarrollé los escritos que se generaron naturalmente como defensa del republicanismo que representa Duque luego de su victoria en democracia. Dicho republicanismo requiere de una constante defensa ante críticos bien intencionados y sobretodo ante enemigos tanto internos como externos que buscan en cambio implementar modelos de gobierno que defienden y degeneran en violentas tiranías inaceptables. A Duque no lo han parado de atacar desde el día de su posesión. El deseo de sus enemigos es debilitar la república para hacerse con el poder en el 2022. Como ciudadanos, debemos impedírselos a toda costa. Que estos escritos sirvan un poco de enfoque para realizar esa defensa. Sobretodo dadas las revelaciones de posible corrupción en el propio caso de Petro y su reciente video lleno de oscuridad y explicaciones tanto contradictorias como mentirosas (video que apareció ya cuando terminábamos este libro).
Afortunadamente, a diferencia de tantos columnistas y periodistas y demás personajes “importantes” de Colombia, nadie nos ha pagado un peso por estos escritos. Tampoco nos han dado cargos o diplomas o aplausos o viajes a través de ellos. No usamos lo político para nuestro beneficio privado. Así damos ejemplo vital de republicanismo. Simplemente, en su momento, los compartimos en nuestro Facebook privado.
Si a una sola persona le sirvió lo que escribimos durante estos complejos últimos años, nos damos por bien servidos. No hay mayor beneficio y alegría que saber que de alguna manera uno contribuye al regreso de un republicanismo serio y comprometido a Colombia. Porque para una república, perder su libertad, es perder su alma. Además, para nosotros es siempre un placer escribir y reflexionar en libertad. Quedarán además recopilados, pero de manera más dispersa en nuestro blog, www.andresmelocousineau.com .
Escribimos en medio de circunstancias que algunos pocos cercanos conocen, escribimos por amor a Colombia y a Canadá; y sobretodo por el respeto y admiración a las palabras de Aristóteles acerca de la importancia de crear una ciudadanía ética y políticamente educada. Aristóteles, el modelo ahora y siempre. Aristóteles el modelo para que esta mal habida “paz” salga algún día de su laberinto actual, si es que esto es del todo posible dadas las consecuencias nefastas de este proceso de paz como el incremento desmesurado de los cultivos de coca. ¡Tan central es Aristóteles para la comprensión verdadera de lo político que hasta la izquierda radical dice ser, equivocada y descaradamente, aristotélica! (ver palabras de Petro, 88* , p. 295).
En ese sentido no sobra decir que se ha vuelto costumbre escribir y comentar día a día, segundo a segundo. Pero la realidad es que hay unos principios éticos y políticos que van mucho más allá del día a día. Estos principios son los que guían ahora y siempre, no dependiendo de circunstancias históricas particulares, el quehacer político. Esos principios los da Aristóteles en sus textos ético-políticos, textos que siguen y complementan la tradición inaugurada por Sócrates. Porque Sócrates se inventó el análisis filosófico de lo político. Impresionante. Y no sobra tampoco recordar que Sócrates no escribió una sola palabra, creemos, no porque le faltara tiempo para hacerlo, sino para indicar de manera inequívoca que la vida de la reflexión -la vida filosófica- es una realidad vital, una realidad de carne y hueso que nada escrito puede captar o explicitar. La reflexión permanente es un modo de vida.
La “paz” de Colombia vive en un laberinto en gran medida porque ha carecido desde su nacimiento de semejante dimensión liberadora vital. Algo similar le ocurre al General de Gabo al cual hace referencia el título de este libro: es el deprimente e incompleto Bolívar imaginario de Gabo; no el Bolívar Bolívar, el de carne y hueso, el valiente (andreia) y magnánimo (megalopsuchia), el de los textos políticos republicanos fundamentales. Los incuestionables dueños y dueñas de esta supuesta “paz” querían más una paz de papel antes que una paz de carne y hueso. Por eso el texto de la “paz” es largo, infinitamente largo. O para ponerlo de otra manera, se colgaron toda clase de medallas, incluso la del Nobel, sin primero haberse convertido en Mandelas y/o Bolívares.
Una paz así no da paz a nadie. Una paz así no es digna de una república que se considere sana y por ende líder entre las naciones. Una paz así hace que la república pierda su soberanía, que pierda su libertad. Pero afortunadamente los principios republicanos pueden generar grandeza y liderazgo, y hasta equidad. Sólo así podrá esta “paz” salir de ese laberinto en la que la han querido meter para hacerse al poder.
Notas:
- Como el intento de memoria real que el libro intenta ser, éste recupera en muchas ocasiones las palabras mismas de los principales personajes públicos que han participado en los debates que han configurado dicho proceso político. Por eso encontrará usted muchos tuits/columnas incorporados al texto con respectivas imágenes para que no podamos olvidar que lo político es algo vital, el ámbito de la sabiduría práctica concreta (phronesis). Esto es un muy débil reflejo de lo que Tucídides ha logrado en su obra maestra sobre la guerra. Para estos, y muchas columnas periodísticas, encontrará al final el enlace correspondiente, casi siempre luego de una reflexión –a veces corta, a veces larga- acerca del tema. Dichas reflexiones no han sido en absoluto modificadas, así hayan sido escritas años atrás.
- No sobra decir que nuestra Maestría es en asuntos de filosofía política de la reconocida Universidad de Toronto.
- Los escritos, al no ser modificados, llevan en su mayoría un constante uso del doble género en expresiones como “los ciudadanos y las ciudadanas”. Si bien esto puede hacer la lectura un poco más interrumpida, considero que la historia de género en América Latina amerita su doble uso. Además, refleja un mayor respeto hacia las mujeres que decidan leer este libro.
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